Cuando la confianza rompe el saco...de comida
Francisco
J. Durán Mastozoología, Museo Nacional
de Costa Rica.
Muchos
visitantes de nuestros parques nacionales notarán que a menudo algunos animales
se han hecho increíblemente confiados con los humanos. Este es el caso sobre todo de especies como
los monos carablanca y los mapaches en Manuel Antonio, los pizotes hace poco
en el Irazú y hará unos años en Carara , los
mapaches en Cahuita , las urracas en Santa Rosa, y
algunos otros ejemplos que conocerá la gente.
Y en otras partes del mundo se dan ejemplos similares con otras
especies.
Foto:
Francisco Durán
A veces
estos llegan a rasgar bolsas de basura o hasta a intentar robar bolsos o
pequeños bultos, donde imaginan encontrar una serie de delicias diferentes a
lo que encontrarían en el bosque. Este
comportamiento es estimulado por la costumbre de algunos turistas que, sin
mala intención, siguen dándole de comer golosinas y otra serie de alimentos
extraños a estos animales.
El
problema es que al no estar el organismo de estos animales acostumbrado a los
preservantes y otras sustancias, llegan a tener
problemas en su organismo, hasta incluso causarles la muerte. El daño que se les hace no lo
imaginamos. Esto incluso ha modificado
el comportamiento de algunas especies.
Por ejemplo el mapache normalmente es más activo de noche en algunas
áreas, sin embargo en Manuel Antonio y Cahuita es
frecuente verlo de día, debido a que saben que pueden encontrar comida entre
los grupos de visitantes. Y si bien
puede seguir buscando su comida normal durante períodos de baja visitación,
no perderá la oportunidad de llegar a las áreas de acampar o de concentración
de turistas, durante los días de temporada alta de visitas.
No hay que
olvidar que ellos son animales silvestres, que no es recomendable favorecer
estas conductas que los hacen vulnerables de muchas maneras. Por un lado están ingiriendo comida
inadecuada para ellos. Por otro lado
obtienen confianza ante los humanos, lo que puede a futuro provocar que se
den encuentros con personas con malas intenciones que les hagan daño, o bien,
ellos también ocasionar alguna molestia, como morder a algunas personas
debido al exceso de confianza, como ha pasado en otros países con especies
mayores.
Foto:
Armando Ruiz
Lo mejor
es seguir algunas pautas con estos simpáticos, pero confiados animales:
No darles de ninguna manera ningún
tipo de alimento, ni siquiera natural, tratar de no afectar su
comportamiento.
No dejar bolsas de comida,
basura, salveques , bolsos, al alcance de estos
animales.
Depositar la basura en los
recipientes puestos a su disposición para tal fin.
Cuando lleve
comida en bolsas para dejarla momentáneamente mientras camina o acampa,
cuélguela con una cuerda de una rama, de modo que quede de difícil acceso
para algunos animales. Lo mismo con la
basura o desperdicios.
Es
agradable observar estos animales, y a veces resulta irresistible querer
darles un bocado de comida, pero hay que interferir lo menos posible con sus
hábitos, limítese a tratar de fotografiarlos, observarlos y disfrutar la
experiencia. Es la mejor manera de
ayudarlos. Ellos no tendrán problemas
de hambre, pues saben muy bien obtener su comida en el bosque.