La región presenta un clima
lluvioso y cálido a lo largo del año, con mayores precipitaciones entre
noviembre y marzo y entre junio y agosto, sin una estación seca muy
marcada. Se presenta una precipitación menor que en localidades más al
norte del Caribe, con promedios anuales entre 2500 y 3100 mm y una
temperatura promedio anual entre 25 y 27° C (Herrera 1985). La
topografía es mayormente ondulada e irregular, plana y con suelos
pantanosos hacia el litoral, con elevaciones de 0-200 msnm. De acuerdo
con el Mapa Ecológico de Costa Rica, basado en el Sistema de Zonas de
Vida de Holdridge (Bolaños, Watson & Tosi 1999), la región se
encuentra dentro de la Zona de Vida Bosque Húmedo Tropical.
En relación a los principales ecosistemas de
la zona, destaca el humedal originado por la laguna de Gandoca, con 266
ha. Esta laguna tiene bajos niveles de contaminación y es de gran
importancia por ser uno de los sitios principales de crianza del sábalo
(Megalops atlanticus, Chacón
1993) y el manatí (Trichechus
manatus, TNC 1998), una especie en peligro de extinción. Además
contiene el único banco natural de la ostra de mangle (Crassostrea rhizophorae, Cabrera
et al. 1983) en el Caribe del
país. También alrededor de la laguna se presenta el manglar más
extenso, desarrollado y conservado del Caribe costarricense y uno de
los pocos en el país que mantiene la continuidad entre manglar y
bosque. El área de este manglar ha venido en aumento, alcanzando
actualmente 13,34 ha (Manrow & Vilchez 2012, Coll et al. 2001). Los manglares
están entre los ecosistemas tropicales más productivos del mundo,
tienen la capacidad de albergar grandes cantidades de sedimentos,
biomasa y carbono y son de gran importancia como sitios de
reproducción, crianza y/o alimentación de gran diversidad de especies
marinas y lacustres. A nivel florístico, la especie dominante es el
mangle rojo (Rhizophora mangle),
aunque también están presentes el mangle blanco (Laguncularia racemosa), el mangle negro (Avicennia germinans) y el mangle
botoncillo (Conocarpus erecta).
Otras especies arbóreas comunes son el sangrillo (Pterocarpus oficinalis), la guanabana silvestre (Annona glabra), la majagua (Talipariti tiliaceum), el
sotocaballo (Zygia latifolia),
la orquídea huele de noche (Brassavola
nodosa) y el bejuco Lonchocarpus
densiflorus. También son comunes en los márgenes de la laguna los
helechos de manglar (Acrostichium
aureum y A. danaeifolium)
y el yolillo (Raphia taedigera),
palma que forma densas asociaciones vegetales, llamadas "yolillales",
contiguas al manglar (Manrow & Vilchez 2012, Coll et al. 2001). La laguna
también es el hábitat permanente o temporal de varias especies de aves
como la garceta azul (Egretta
caerulea), la garza real (Ardea
alba), la garcilla verde (Butorides
virescens), el andarríos maculado (Actitis macularius), el martín pescador collarejo (Megaceryle torquatus), el martín
pescador amazónico (Chloroceryle
amazona) y el martín pescador verde (Chloroceryle americana). En la parte cercana a la costa se
pueden observar aves como el soldadito (Himantopus mexicanus), el chorlitejo semipalmado (Charadrius semipalmatus), el
cormorán neotropical (Phalacrocorax
brasilianus), el zarapito trinador (Numenius phaeopus) y el vuelvepiedras rojizo (Arenaria interpres). En los
bordes de la laguna y sobre la arena húmeda también es común observar
agregaciones de mariposas, principalmente machos de las especies Eurema xantochlora, Eurema albula y Phoebis philea, que absorben
minerales importantes para la reproducción.
En la región otro ecosistema
de gran importancia es el complejo de arrecifes coralinos que se
desarrolla desde Punta Cocles hasta Punta Mona, cuya longitud lo hace
el conjunto de arrecifes más extenso del país, protegido dentro del
Refugio Nacional Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo (Cortéz 1992). En
este ecosistema se han registrado 3 especies de hidrocorales, 29
corales escleractinios y 18 octocorales. Entre las especies más
abundantes en áreas someras se encuentran Siderastrea siderea, Diplora strigosa, D. clivosa, Porites
astreoides y P. porites,mientras que en aguas más
profundas están Diplora strigosa,
Siderastrea siderea, Porites astreoides, Montastrea
cavernosa, aunque en Punta Mona predomina Agaricia agaricites. Se ha informado que una especie de
coral cerebro (Meandrina
meandrites) y otra especie de octocoralio (Pterogorgia anceps), en el país solo se conocen en estos
arrecifes (Cortéz 1992). Vinculados a este ecosistema y protegidos por
las crestas arrecifales de Punta Uva, Manzanillo y Punta Mona, también
se encuentran grandes lechos de pastos marinos, representados
principalmente por la especie Thalassia testudinum (pasto
tortuga) y en menor grado Syringodium filiforme
(pasto manatí). Los pastos marinos son plantas con flor
(monocotiledóneas) similares a los zacates terrestres, que viven
totalmente sumergidas y enraizadas en aguas costeras poco profundas y
son de gran importancia como fuente de alimento, refugio o sitio de
reproducción para muchos invertebrados marinos, peces, tortugas marinas
y manatíes. También, constituyen los productores primarios en aguas
someras tropicales y forman ecosistemas muy productivos (Nielsen 2006, Crow 2003, Hammel
2003, Cortés 1991). En cuanto a la diversidad de
algas en el arrecife coralino de Punta Cocles, se ha registrado un
total de 39 especies, sobresaliendo por su mayor cobertura las algas
pardas Dictyota sp., Sargassum sp., Padina
sp., Dictyopteris
delicatula, el alga roja Amphiroa fragilissima y el alga verde Halimeda opuntia (Fernández & Alvarado 2004).
Otros ecosistemas litorales, incluyen bosques
pantanosos, playas y esteros. Los bosques pantanosos son muy comunes en
la región y abarcan extensiones importantes en terrenos planos que se
inundan periódicamente, cerca del litoral. Entre estos destacan los
yolillales, dominados casi exclusivamente por la palma yolillo (Raphia taedigera), en suelos que
permanecen inundados la mayor parte del año y donde el acceso es muy
difícil. Otro tipo de bosques pantanosos son los cativales, dominados
ampliamente por grandes árboles de cativo (Prioria copaifera), aunque con una mayor diversidad de
plantas y en suelos menos anegados que los yolillales. Otros bosques
pantanosos tienden a ser dominados por el árbol de Orey (Campnosperma panamensis),
formando densas agrupaciones de esta especie. Otras especies arbóreas
que suelen estar presentes en estos ecosistemas pantanosos son la
caobilla (Carapa nicaraguensis),
el cerillo (Symphonia globulifera),
el gavilán (Pentaclethra
macroloba), el guácimo colorado (Luehea seemannii), el peine mico (Apeiba membranacea), el sangrillo (Pterocarpus officinalis), el tabacón (Grias cauliflora) y las palmas coquito (Astrocaryum alatum) y guágara (Cryosophila warscewiczii). En cuanto a la fauna, en
los cativales se pueden observar especies de aves como el
rascón cuelligrís (Aramides
cajaneus), el hormiguero dorsicastaño (Myrmeciza exsul), el hormiguero calvo (Gymnocichla nudiceps), el saltarín cuelliblanco (Manacus candei), el soterrey
castaño (Cantorchilus
nigricapillus), la reinita cabecidorada (Protonotaria citrea) y el antifacito coroniolivo (Geothlypis semiflava), aves que
prefieren zonas boscosas pantanosas. También es frecuente escuchar la
oropéndola de Montezuma (Psarocolius
montezuma) y observar el ermitaño colilargo (Phaethornis longirostris), el ermitaño enano (Phaethornis striigularis), la
garza tigre (Tigrisoma mexicanum)
y el huevo frito (Laterallus
albigularis). En los cativales también es común observar mariposas
en bordes de senderos como Entheus
matho, Mictris crispus, Celanenorrhinus monartus, Nymphidium haematostictu y Aeria eurimedia agna. En el
suelo del sotobosque son típicas especies como los satíridos Pierella helvina y P.
luna y en los claros son frecuentes
helicónidos como Heliconius
hecale formosus, Philaethria
diatonica, y H. cydno
galanthus. También en los bordes de quebradas que bordean o
atraviesan el catival, son comunes especies de mariposas como Parides childrenae, Battus belus, Biblis hyperia y Eurybia patrona persona
visitando las flores de platanillas.
En las áreas costeras, son comunes especies
arborescentes como el cocotero (Cocos
nucifera), el almendro de playa (Terminalia catappa), el papaturro o la uva de playa (Coccoloba uvifera), la majagua (Talipariti tiliaceum), el noni (Morinda citrifolia), el árbol de
dama (Citharexylum caudatum),
la guaba de estero (Inga
multijuga), el icaco (Chrysobalanus
icaco), el jobo (Spondias
mombin), la guayaba de mono (Posoqueria latifolia), la chirca
silvestre (Thevetia ahouai),
el jícaro de playa (Amphitecna
latifolia), la uña de gato (Conostegia
xalapensis), Eugenia
acapulcensis y Calophyllum
inophyllum. También son muy comunes arbustos como el candelillo (Piper littorale), el espino
blanco u horquetilla (Randia
aculeata) y Varronia
curassavica; hierbas como la caña agria (Costus woodsonii), el lirio araña (Hymenocallis littoralis), el lirio de manglar (Crinum erubescens) y las
ciperáceas Cyperus ligularis,
Kyllinga tibialis, y Fimbristylis cymosa. Los
bejucos y plantas rastreras más comunes en estas áreas costeras son la
pudreoreja de playa (Ipomoea
pes-caprae), los churritastes de playa (Ipomoea imperati, I. mauritiana), la vainilla (Vanilla planifolia), Doliocarpus major, Macfadyena uncata,
Rhabdadenia biflora,
Sphagneticola trilobata y Vigna
luteola. En esteros y pantanos costeros son típicas especies como
la majagua (Talipariti tiliaceum),
la varilla negra (Dalbergia
ecastaphyllum), la zarza (Mimosa
pigra), un tipo de flor de pasión (Passiflora arbelaezii) y Rhynchospora corymbosa,además de especies acuáticas como Acrostichium aureum, Ceratopteris
thalictroides, Eichhornia
crassipes, Hydrocotyle ranunculoides, Ludwigia helminthorrhiza, Montrichardia arborescens, Salvinia minima y Urospatha grandis. En estos
hábitat costeros también se pueden observarse especies de aves como
la tijereta de mar (Fregata
magnificens), el pelícano pardo (Pelecanus occidentalis), la gaviota reidora (Leucophaeus atricilla), la
pagaza real (Thalasseus maximus),
el águila pescadora (Pandion
haliaetus), el zarapito trinador (Numenius phaeopus), el chorlito gris (Pluvialis squatarola), la garza ceniza (Ardea herodias), el chorlitejo picudo
(Charadrius wilsonia),
el chorlitejo collarejo (Charadrius
collaris), el playero arenero (Calidris alba) y a veces la garza
nivosa (Egretta
thula). El gavilán cangrejero (Buteogallus anthracinus) se observa frecuentemente en el
bosque al lado de la costa acechando presas. En épocas de migración
sobre las playas también es posible ver grandes grupos de la golondrina
tijereta (Hirundo
rustica). Algunas especies de mamíferos que frecuentan estos
ambientes costeros son principalmente el mapache (Procyon lotor) que deja a menudo sus huellas sobre la
arena, la ardilla roja (Sciurus
granatensis) que se puede observar en los árboles o arbustos, los
monos congo (Alouatta palliata)
o carablanca (Cebus imitator)
y el perezoso de dos dedos (Choloepus
hoffmanni). Otras especies
que se podrían ver son el pizote (Nasua
narica) y el oso colmenero (Tamandua
mexicana). En cuanto a mariposas son comunes en los bordes de
playas con vegetación especies como Heraclides
thoas autocles, Parides
childrenae, Parides iphidamas,
Batus belus, Heliconius erato, Heliconius hecale, H. sara, Siproeta stelenes, Arawacus
togarna y Urbanus proteus.
Las
áreas con mejor drenaje y topografía irregular, presentan una
vegetación más heterogénea y variada, sin una dominancia clara de
alguna especie. Entre las especies arbóreas más prominentes o comunes
están el almendro de montaña (Dipteryx
panamensis), la bala de cañón (Couroupita
nicaraguarensis), el cedro María (Calophyllum brasiliense), el canfín (Tetragastris panamensis), la caobilla (Carapa nicaraguensis),
la caraña (Trattinnickia aspera),el
Chilamate (Ficus insipida),
el escobo negro (Terminalia
bucidoides), las frutas doradas (Compsoneura mexicana, Otoba acuminata, O. novogranatensis,
Virola koschnyi, V.
multiflora), el garrocho (Quararibea
asterolepis),el gavilán (Pentaclethra
macroloba), el javillo (Hura crepitans), el mastate
espino (Poulsenia armata), el
niñaniri (Abarema barbouriana),
el níspero (Manilkara spectabilis),los
ojoches (Brosimum guianense,
Brosimum lactescens), el peine mico (Apeiba membranacea), el pilón
(Hieronyma alchorneoides),el roble sabana (Tabebuia
rosea), el turrú (Parinari
parvifolia); además de las palmas arborescentes Iriartea deltoidea y Socrotea exorrhiza, conocidas
como chontas o maquenques, que son muy comunes en estos bosques. En
relación con la fauna, algunas aves presentes en estos hábitat son la
pava crestada (Penelope
purpurascens), el
batará plomizo (Thamnophilus
atrinucha), el cacique lomiescarlata (Cacicus uropygialis), el trogón coliplomizo (Trogon massena), la tangara
coronidorada (Tachyphonus
delattrii), el carpinterito carinegro (Melanerpes pucherani), el carpintero picoplata (Campephilus guatemalensis) y los
tucanes pico iris (Ramphastos
sulfuratus) y pico negro (R.
ambiguus). También algunas especies de mamíferos que se pueden
observar acá son la guatuza (Dasyprocta
punctata), el zorro cuatro ojos (Philander oposum), el armadillo (Dasypus novemcinctus), el mapache (Procyon lotor), los monos congo (Alouatta palliata) o carablanca (Cebus imitator), el perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni), el pizote
(Nasua narica) y el oso
colmenero (Tamandua mexicana).
Entre las especies de
mariposas características de bosque están las que se alimentan de
néctar como Eumaeus godarti, Heliconius cydno chioneus, Aeria eurimedia, Mechanitis
polymnia, Napeogenes tolosa,
Laparus doris y las que se
alimentan de frutos en descomposición como Caligo telamonius, Caligo
oileus, Morpho menelaus, Morpho cypris, Opsiphanes cassina, Taygetomorpha celia y Memphis xenocles.
En
cuanto a la diversidad biológica terrestre de la región de
Gandoca-Manzanillo y Sixaola, con base en estudios de campo realizados
por el Museo Nacional en Baja Talamanca e información recopilada en
colecciones biológicas, se tienen los siguientes datos para diferentes
grupos biológicos. En el caso de la diversidad florística, se han
registrado 1115 especies
de plantas (incluyendo 54 especies introducidas), distribuidas en 592
géneros y 151 familias (ver catálogo de especies, Estrada 2014).
A nivel de géneros destacan por una mayor diversidad Anthurium (24 spp.), Piper (18 spp.), Psychotria (17 spp.), Clidemia (13 spp.), Passiflora (13 spp.), Solanum (12 spp.), Ficus (10 spp.), Inga (10 spp.), Ipomoea (10 spp.), Miconia (10 spp.) y Peperomia (10 spp.); y a nivel
de familias Rubiaceae (76 spp.), Fabaceae (69 spp.), Araceae (63 spp.),
Melastomataceae (39 spp.), Arecaceae (37 spp.), Malvaceae (35 spp.),
Piperaceae (28 spp.), Solanaceae (28 spp.) y Poaceae (26 spp.). Un componente siempre importante y de interés son las plantas
epífitas (plantas que viven sobre otras plantas), que en el caso de la
flora de esta región representa alrededor de un 12 % del total de
especies registradas. En este caso entre las especies más comunes están
Aechmea tillandsioides, Anthurium acutangulum, A. bakeri, A. clavigerum, A.
fatoense, A. gracile, A. kunthi, A. obtusum, A. paludosum, A.
subsignatum, A. upalaense, Columnea nicaraguensis, Dicranoglossum
panamense, Drymonia macrophylla, Epidendrum eburneum, Monstera
tuberculata, Peperomia obtusifolia, Peperomia pernambucensis P.
rotundifolia, P. serpens y Philodendron
hederaceum.
La
diversidad de hongos (macrohongos), por su parte, incluye un total de
65 especies registradas para la región de Gandoca-Mazanillo y Sixaola
(Ruiz 2014). Estas especies se distribuyen en 2 clases, 8 órdenes, 17
familias y 41 géneros (ver catálogo de especies). La clase Basidiomycetes
con 62 especies (95.3%), 7 órdenes, 16 familias y 39 géneros es la
mejor representada en la zona. La mayoría de sus especies pertenecen a
los órdenes Polyporales (38), conocidos comúnmente como orejas de palo
y a los Agaricales (16), que incluyen por lo general a los hongos con
forma de sombrilla. Dentro del orden Polyporales, la familia
Polyporaceae con 13 géneros y 27 especies es la mejor representada en
el sitio, con los géneros Trametes
(5 spp.), Polyporus (4 spp.),
Coriolopsis (3 spp.), Hexagonia (3 spp.) y Trichaptum (3 spp.) como los más
diversos. La mayor parte de las especies se observaron creciendo sobre
ramas o troncos caídos o en descomposición. Algunas de las especies más
comúnmente observadas son: Ganoderma
applanatum sensu lato y Ganoderma
lucidum sensu lato (Ganodermataceae), Oudemansiella canarii (Physalacriaceae), Schizophyllum commune
(Schizophyllaceae), Coriolopsis
polyzona, Earliella scabrosa,
Fomes fasciatus, Hexagonia hydnoides, Polyporus tenuiculus, Pycnoporus sanguineus (Polyporaceae)
y Rigidoporus microporus
(Meripilaceae).
En
relación a la fauna, gran parte de los mamíferos medianos y pequeños
registrados para el Caribe Sur (Durán 2014), podrían encontrarse en esta
región, para un estimado de más de 90 especies de mamíferos (ver
catálogo de especies). El grupo más numeroso, como en la gran parte del
país, son los murciélagos, que
podría estar representados por más de 45 especies, dentro de los cuales
las especies más comunes son los murciélagos filostómidos o
fruteros. Dentro de estos
sobresalen especies muy frecuentes como el frutero de Jamaica (Artibeus jamaicensis) y otras
especies similares como los pequeños murciélagos fruteros de cara
rayada (Dermanura sp.). Los
murciélagos oscuros que comen en especial frutos de candelillo (Piper sp.),
también son abundantes, como el caso del murciélago
castaño (Carollia castanea) y
el carolia de cola corta (Carollia
sowelli). Otra
especie muy interesante es el murciélago
pescador (Noctilio leporinus),
grande, de color casi naranja y especialista en capturar pequeños
peces. Entre otros grupos de mamíferos más
visibles están los primates como el mono congo (Alouatta palliata) y el mono carablanca (Cebus imitator) y los perezosos dos dedos (Choloepus hoffmanni) y tres dedos (Bradypus variegatus).
Otro mamífero relativamente fácil de observar es la guatuza (Dasyprocta punctata) y con un
poco más de suerte el oso colmenero (Tamandua mexicana). Algunas especies menos frecuentes de
observar son el tolomuco (Eira
barbara), el pizote (Nasua
narica), el zorro hediondo (Conepatus
semistriatus) y el zorro cuatro ojos (Philander oposum).
La diversidad de aves registrada
para la región
es de 252 especies,
distribuidas en 20 órdenes y 54 familias (Bolaños 2014), representando
un 28% de la avifauna nacional. Las familias con más diversidad de especies son Tyrannidae (mosqueros-28 spp.),
Thraupidae (tangaras-18 spp.) y Parulidae (reinitas-13 spp.).
Los géneros con más especies en la familia Tyrannidae son Empidonax (3 spp.), Todirostrum, Contopus, Myiarchus, Myiozetetes,
Tyrannus (2 spp. cada uno);
en la familia Thraupidae, los géneros Tangara (4 spp.) y Tachyphonus
(3 spp.); y finalmente en la familia Parulidae, sobresalen los géneros Geothlypis (3 spp.), Parkesia (2 spp.) y Setophaga (2 spp.). El 75% de
las especies son residentes, 20% son especies migratorias y el restante
5% son especies que poseen tanto poblaciones residentes como
migratorias.
Las
mariposas, por su parte, registran una diversidad de 97 especies diurnas, pertenecientes a
71 géneros, 15 subfamilias y 5 familias, y 549 especies de mariposas
nocturnas distribuidas en 310 géneros, 29 subfamilias y 17 familias
(Vega 2014). Dentro de las mariposas diurnas, la familia mejor
representada es Nymphalidae con 42 especies, seguida por Hesperiidae y
Lycaenidae con 23 especies cada una. En Nymphalidae la subfamilia más
importante es Heliconinae con 13 especies, y en general el género más
diverso resultó ser Heliconius
con 8 especies. Del total de mariposas diurnas el 60% de las especies
están asociadas al hábitat de bosque, donde son características
especies como Entheus matho, Parides childrenae, Dismorphia amphione, Arawacus togarna, Chorinea bogota, Morpho menelaus y Heliconius cydno chioneus. Por
otra parte, en el hábitat de crecimiento secundario son típicas
especies como Urbanus teleus,
Theope speciosa, Dryadula phaetusa, Chlosyne janais, Phoebis philea y Heraclides thoas. En el grupo de
las mariposas nocturnas las familias con mayor diversidad de especies
son Noctuidae (162), Arctidae (111) y Notodontidae (64) y los géneros
más diversos son Elaphira
(Noctuidae) con 6 especies, seguido por Magava (Notodontidae) y Apatelodes
(Arctidae) con cinco especies cada uno.
En
relación a las especies de importancia para la conservación, se han
registrado para la zona 23 especies de plantas endémicas del país,
algunas de ellas exclusivas del Caribe Sur (*): Alibertia utleyorum (Rubiaceae), Amyris brenesii (Rutaceae), Anthurium spectabile (Araceae), Casearia standleyana (Flacourtiaceae), Cryosophila cookii (Arecaceae), Desmoncus costaricensis* (Arecaceae), Eugenia ludoviciana* (Myrtaceae), Eugenia sarapiquensis (Myrtaceae), Goeppertia hammelii (Marantaceae), Goeppertia robiniae (Marantaceae), Guarea macrocalyx (Meliaceae), Justicia parvibracteata (Acanthaceae), Manilkara spectabilis* (Sapotaceae), Mortoniodendron moralesii (Malvaceae), Mosannona costaricensis (Annonaceae), Nectandra longipetiolata* (Lauraceae), Pariana parvispica (Poaceae), Paullinia austin-smithii (Sapindaceae), Persea silvatica (Lauraceae), Pouteria filiformis (Sapotaceae), Rudgea trifurcata (Rubiaceae), Thelypteris oroniensis* (Thelypteridaceae), Weberocereus trichophorus (Cactaceae).
También en la región están presentes otras especies de plantas que
aunque no son endémicas nacionales, en el país solo se encuentran en el
Caribe Sur, tales como Anthurium
fatoense (Araceae), A.
paludosum (Araceae), Calyptrogyne
condensata (Arecaceae), Cassytha
filiformis (Lauraceae), Dracontium
spruceanum (Araceae), Ficus
apollinaris (Moraceae), Gasteranthus
acropodus (Gesneriaceae), Monstera
obliqua (Araceae), Pentagonia
hirsuta (Rubiaceae), Philodendron
grayumii (Araceae), Psychotria
sixaolensis (Rubiaceae), Quararibea
gomeziana (Malvaceae), Syringodium
filiforme (Cymodoceaceae) y Thalassia
testudinum (Hydrocharitaceae). Otra especie interesante es la palma
de escoba (Sabal mauritiiformis),
que en el Caribe costarricense solo se conoce de una única y pequeña
población dentro del R.N.V.S. Gandoca-Manzanillo y en el Pacífico solo
de unas pequeñas poblaciones desprotegidas en la cuenca del río
Tusubres (Grayum 203).
Entre las especies de fauna, destaca la presencia de
varias amenazadas o en peligro
de extinción como el perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni), el mono colorado (Ateles geoffroyi) que prefiere áreas boscosas poco
alteradas,la
nutria (Lontra longicaudis),
que habita sobre todo ríos poco
contaminados y el
manatí (Trichechus manatus), una especie protegida y símbolo
nacional de la fauna marina, que en el Caribe
Sur solo se encuentra en
la zona de Gandoca. Otro raro habitante de Gandoca, es el delfín fluvial o tucuxi (Sotalia guianensis), de gran
importancia para el turismo por encontrarse del Caribe Sur en Costa Rica
hasta Sudamérica. En el grupo de las aves se han registrado en la región 20 especies amenazadas, como el tinamú grande (Tinamus major), el gavilán enano
(Accipiter superciliosus), la
garza del sol (Eurypyga helias),
el halcón peregrino (Falco
peregrinus) y el loro verde (Amazona farinosa). Dentro de este grupo de especies
amenazadas es importante destacar aquellas especies cuya distribución en el
país se limita a la vertiente Caribe, como el
gavilán dorsiplomizo (Leucopternis semiplumbeus), el
buco pinto (Notharchus tectus),
el halcón de monte dorsigrís (Micrastur
mirandollei), el perico azteco (Eupsittula
nana), la lapa verde (Ara
ambiguus) y el saltarín cabecigrís (Piprites griseiceps). Otras especies de
relevancia presentes en la zona, son aquellas cuya distribución mundial
abarca sólo unos pocos países de la región (endémicas regionales),
entre ellas están el carpinterito alirrufo (Piculus simplex), el perico frentirrojo (Psittacara finschi), el soterrey
gorginegro (Pheugopedius
atrogularis), el soterrey pechirrayado (Cantorchilus thoracicus), la tangara cenicienta (Tangara inornata) y la eufonia
coroniamarilla (Euphonia
luteicapilla). En el grupo de las mariposas es importante mencionar la presencia en la región
de 3 especies y 7 subespecies endémicas entre Costa Rica y Panamá,
todas asociadas al hábitat de bosque. Estas especies y subespecies son Mesosemia albipuncta, Euptychia insolata y Pteronymia parva; Callicore lyca
aerias, Eresia emerantia
coela, Heliconius hecalesia
formosus, Heliconius
melpomene rosina, Morpho
cypris bugaba, Napeogenes
tolosa amara y Opsiphanes
casina chiriquensis.
Finalmente, existe en la región un grupo de plantas
de gran interés social y cultural, por su utilidad para el ser humano
especialmente como medicinales o comestibles, la mayoría de ellas,
especies introducidas y cultivadas en la zona (*), entre las que
destacan el banano (Musa
acuminata)*, el cacao (Theobroma
cacao)*, el caimito (Chrysophyllum
cainito)*, la caña brava (Gynerium
sagittatum), la guanábana (Annona
muricata)*, la fruta de pan (Artocarpus
altilis)*, la guayaba (Psidium
guajava), el icaco (Chrysobalanus
icaco), el indio desnudo (Bursera simaruba), el ilán-ilán
(Cananga odorata)*, el
jackfruit o yaca (Artocarpus
heterophyllus)*, el katuk (Sauropus
androgynus), el noni (Morinda
citrifolia)*, la papaya (Carica
papaya), el pejibaye(Bactris
gasipaes)*, la rosa de jamaica (Hibiscus
sabdariffa)*, el seso vegetal (Blighia
sapida)*, el tamarindo (Tamarindus
indica)*, la uña de gato (Uncaria
tomentosa), la vainilla (Vanilla
planifolia), el yute o abacá (Musa
textilis)* y la zarzaparrilla (Smilax
spp). Entre los hongos también se presentan algunas especies de gran
interés social y cultural, especialmente por sus usos medicinales, comestibles
o industriales o por ser especies tóxicas. Entre ellas destacan: Auricularia auricula, Auricularia delicata y Auricularia fuscosuccinea
(comestibles), Caripia montagnei
(medicinal), Cookeina speciosa
y Cookeina tricholoma
(comestibles), Coriolopsis
polyzona (industrial), Ganoderma
lucidum (medicinal), Hexagonia
hydnoides (medicinal), Oudemansiella
canarii (comestible), Pleurotus
ostreatus (comestible), Pycnoporus
sanguineus (medicinal), Schizophyllum
commune (comestible-medicinal) y Chlorophyllum molybdites (tóxica) (Guzmán 1997;
Franco-Molano et al. 2000,
2005; Mata 2003; Mata et al.
2003, Carranza et al. 2014).
Esta última especie puede causar náuseas, vómito, diarrea, calambres y
a veces hemorragias intestinales (Mata 2003). En el grupo de las
mariposas se presentan, al menos 45 especies que tienen demanda a nivel
internacional para ser exhibidas en jardines de mariposas, y
actualmente son reproducidas en granjas de mariposas en diferentes
localidades de la vertiente del Caribe, entre estas especies están Heraclides cresphontes, Parides childrenae, Heliconius hecale, Laparus doris, Mechanitis polymnia, Caligo telamonius, Morpho menelaus, Chlosyne janais, Lycorea halia y Myscelia cyaniris.
La región de Gandoca-Manzanillo y Sixaola posee importantes
ecosistemas naturales, una alta biodiversidad y un gran atractivo
turístico, no obstante existen diversas amenazas que actualmente
atentan contra esta riqueza natural del Caribe Sur costarricense.
Serios problemas de deforestación, cacería, sedimentación,
contaminación, sobre explotación y sobre uso de recursos, son parte de
estas amenazas. Por ello solo a través de acciones y esfuerzos
permanentes de manejo, protección, educación, investigación y
seguimiento de esta riqueza natural, se podrá asegurar su continuidad y
existencia a futuro.
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